26 de febrero de 2010

Ganar o no ganar, esa es la cuestión...

El domingo pasado, en la primera Final del año de Turismo Carretera, se vivió una situación particular que lamentalemente ya tenía antecedentes en la categoría. A pocas vueltas de terminar la carrera, el Ford del líder Guido Falaschi sufrió una falla en la batería por lo que Emanuel Moriatis (Ford), que iba segundo, lo tenía a tiro para superarlo cuando por la radio escuchó que su ingeniero de pista le dijo: "Se queda Falaschi, me parece que se queda Falaschi. ¿Qué vas a hacer?... Si la ganás o no...Decidilo vos, acá terminás. Termina la carrera, decidilo vos que hacer...". Lo que el campeón de la "máxima" tenía que decidir era si ganaba o no la carrera, porque de hacerlo debía sumar 30 kilos de lastre que, según el dueño del equipo Hugo Cuervo, pueden llegar a complicar el rendimiento del auto de cara al resto de la temporada. Finalmente Moriatis "decidió" ganar en lugar de ir en contra de la lógica que impera en todos los deportes. Pero lo que Moriatis hizo también (y esto es lo más importante) es respetar a esas 25 mil personas que pagaron su entrada y a otros miles que siguieron la carrera por radio y televisión. Esos que seguramente se hubieran sentido estafados si Emanuel elegía otra opción que no fuera la del triunfo. Y aquí radica el quit de la cuestión. No debe existir ninguna estrategia que permita jugar con la ilusión de los hinchas que en muchos caso hacen cientos de kilómetros para seguir a una categoría que vive, justamente, gracias al público. La ACTC deberá poner rápida atención en este asunto, modificando el reglamento o previendo alguna sanción para aquellos equipos que intenten burlarse de la gente.


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