La actual crisis que se vive en Boca nos recuerda a aquella que explotó a comienzos de la década del '90 (más precisamente entre el '92 y el '93) dentro del plantel con dos cabecillas bien diferenciados: Carlos Navarro Montoya y Alberto José Márcico. Detrás de ellos se encolumnaron varios jugadores, por lo que esa división se trasladó de los vestuarios a la cancha, especialmente en el '93 cuando el equipo de la Ribera -que venía de ser campeón en el apertura '92- cumplió un pobre papel en el torneo clausura. Hoy cambiaron los protagonistas, pero la situación es prácticamente la misma, agravada seguramente porque en este caso la división no sólo se manifiesta entre Riquelmistas o Palermistas, sino que se profundiza en la cúpula dirigencial donde tanto el presidente Jorge Amor Ameal como el resto de la Comisión Directiva se hacen cargo de la grave situación . Y pensar que hasta no hace mucho tiempo atrás Boca figuraba entre los primeros cinco mejores equipos del mundo...
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